por Françoise Brailovsky
Cuántas veces te has preguntado: ¿me estoy cuidando lo suficiente?, ¿me alimento sanamente?, ¿duermo suficiente tiempo?, ¿me doy el tiempo de descanso adecuado?, ¿convivo con mis seres amados?
Si pusiéramos en una balanza el tiempo que dedicamos a cada una de las actividades que suman a nuestro propio ser, en promedio se inclina hacia el no cuidado de nosotrxs mismxs. Esto no es algo negativo, pues quiere decir que realmente nos importa sacar adelante nuestros estudios, nuestro trabajo y lograr cosas productivas en nuestra vida. Eso habla bien de nosotrxs. Pero… no es la manera.
Cuando descuidamos nuestro propio ser y nos desgastamos física mental, emocional e, inclusive espiritualmente intentando lograrlo, estamos atentando contra nuestra salud.
¿Hay solución? Sí.
Yo lo sé, muchas veces nos dejamos atrapar por la ansiedad, el estrés, la tensión, las emociones, los pensamientos negativos e innumerables situaciones no tan productivas de nosotros los seres humanos. La clave está en darnos cuenta.
En el momento en que logres darte cuenta de que estás entrando en un patrón de conducta que te dirige hacia un camino que no te hace sentir bien, ¡detente! Es tu propio ser, tu maestro interno, como lo expresan los yoguis, que te está hablando sabiamente para abrirte los ojos y hacer, de nuevo, un cambio en tu vida. Quizá solo sutil, pero un cambio.
Cabe mencionar que, si todavía te cuesta trabajo darte cuenta pronto, tampoco pasa nada. Debes aprender a no ser tan durx contigo mismx, a no juzgarte, no autocriticarte. Darte el permiso de equivocarte. Somos personas y todxs, en varios momentos de nuestra vida, nos equivocamos. Y es ahí donde comienza la magia de la vida. Al darte el permiso, te liberas de ese lastre de culpa que ha cargado la humanidad desde que tiene memoria, por una u otra razón, cada uno en su contexto sociocultural, religioso y político.
Cuando te das el permiso de equivocarte ¡y de acertar!, la libertad de tu espíritu comienza. Ser libres en espíritu, aligera tu cuerpo y tu mente. Es entonces cuando puedes observar cada evento que sucede en tu vida como un aprendizaje, como un maestro, no como una carga ni un castigo. Esto te ayuda a evolucionar en un estado mental que desarrolla cada vez más a tu sabio maestro interno y, sin analizarlo mucho, sabrás, sentirás cuándo es momento de irte a dormir para tener un sueño reparador que te ayude a levantarte con una mente positiva al siguiente día, cuándo es momento de darte un respiro, entre estudios y labores, así sea de 10 minutos, pero para recobrar la energía y el ánimo que te motivó, en un inicio, a realizar la actividad que estabas haciendo en ese momento, qué alimento es el que quiere ingerir tu cuerpo para realmente potencializar tu energía y sumar a tu Ser, en lugar de restar, aquel alimento que desintoxique, que te mantenga hidratado, que tu cuerpo procese eficientemente para aumentar tu metabolismos, que te de fuerza para seguir luchando en alcanzar tus sueños, pero sin perder el piso ni perderte en el camino.
Hago una pausa en este momento. Hablar de alcanzar tus sueños no se trata de ser feliz solo si logro completar esos sueños. Recuerda que la felicidad no es una meta, es un camino. Y, ¿cómo logras disfrutar del camino mientras alcanzas cada uno de tus sueños, sin caer en la desesperación que surge con los diferentes obstáculos que encuentras a lo largo de tu camino? Es muy sencillo y los yoguis nos lo enseñan: “VIVE en el presente”. Parte de la desdicha de los seres humanos es que muchos momentos de nuestra vida los vivimos en el pasado, arrepentidos por algo que ya no existe, o bien, en el futuro, preocupados por algo que todavía no llega, esto es, que tampoco existe.
Los yoguis tienen una gran enseñanza para nosotros: “en el presente es en donde podemos encontrar verdadera paz, verdadera felicidad”. Cuando sentimos y observamos el presente tal y como es, desarrollamos una sensación de bienestar y quietud internas tan agradables, que sentimos que el mundo está a nuestros pies. Te reto a intentar algo conmigo, en este momento. Para esto, lee el siguiente párrafo en voz alta mientras que lo grabas en una nota de voz:
"Cierra los ojos y empieza a ser consciente de tu cuerpo, pensamientos, respiración y emociones. Siente el peso de tus piernas hacia la tierra, visualiza tu columna brillante y cómo crece más con cada inhalación, abriendo espacio vital entre vértebras para que fluya el prana, el aliento de vida, activa tu abdomen para mantener más estable tu postura, siente el peso de tus brazos sobre tus piernas, relaja tus hombros, tu cuello, entrecejo, párpados y mandíbula. Ahora, imagina que te haces pequeñx y estás sentadx encima de tu corazón. Observa la obscuridad de tu caja torácica que te envuelve como un manto de protección. Escucha el silencio de tu interior y compáralo con cualquier sonido externo, sin analizar ni juzgar ninguno de esos sonidos externos. Cuando analizamos los sonidos externos, los convertimos en ruidos que nos quitan nuestra quietud. Simplemente deja que tu silencio interno se funda con ese paisaje de sonidos externos los cuales te ayudan a entrar cada vez más en un estado meditativo. Es muy normal que lleguen pensamientos, preocupaciones, pasado, futuro. Cuando esto pase, acéptalo, y regresa de nuevo únicamente a visualizarte sentadx encima de tu corazón, en la morada de tu alma, en tu gran centro energético, en tu hogar interno. No existen los dos minutos que acaban de pasar, no existen los próximos dos minutos. Sólo existe aquí y ahora. Aquí y ahora todo es perfecto. Aquí y ahora, todo está bien. Quédate el tiempo que necesites y que tengas disponible. Así sean 5 minutos, harán una gran diferencia en tu día. Recuerda, el presente es un regalo, hay que abrirlo y disfrutarlo cada día".
Después, siéntate cómodamente, ya sea en el piso, en tu cama o en tu escritorio, prende tu nota de voz, y sigue tu propia voz para entrar en meditación. Cuéntate a ti mismx lo que sientes una vez que termines esta pequeña pero efectiva meditación. Si puedes y tienes ganas, escribe cómo te sentiste antes y después de realizar esta sencilla meditación. Esto te ayudará a dar seguimiento a tus logros que vas obteniendo en términos de tu salud integral: el equilibrio entre cuerpo, mente y alma, Yuj (nombre en sánscrito de Yoga).
Entre más técnicas como esta practiques, ya sea diaria o semanalmente, basadas en la disciplina milenaria del yoga, desarrollarás quietud, armonía, ecuanimidad, y agudizarás más tu mente, lo cual te ayudará a conocerte más a ti mismx e identificar más pronto cualquier momento en el que comience una contractura muscular fuerte o una emoción no deseada para ponerle un alto. Recuerda que la clave para cualquier cambio positivo que quieras lograr en tu vida comienza con un “darte cuenta”. Una vez que logres ese primer paso, obsérvate internamente para conocer qué es aquello que realmente necesitas TÚ para aumentar tu bienestar. Está de más mencionar que la búsqueda del bienestar personal siempre está acompañada y se potencializa cuando los pasos que damos no dañan a ningún otro ser vivo. Por el contrario, cuando estamos bien con nosotrxs mismxs, automáticamente mejoramos la relación con las personas a nuestro alrededor. Asimismo, procura que las semillas que siembres de todos tus sueños lo hagas en los momentos, situaciones, y con las personas que de manera natural y desde al amor incondicional están a tu lado para ayudarte a crecer y a evolucionar, empezando por TI MISMX. Recuerda sembrar siempre en terreno fértil.
¡Juntos, fuertes!
Françoise Brailovsky
Programa ITAM Wellbeing
DAE ITAM – Subdirección de Bienestar Integral